Los bienes naturales y culturales que existen en el mundo y que forman parte de la riqueza y la herencia de toda la humanidad son denominados Patrimonio Mundial. Entre estos bienes naturales y culturales se consideran monumentos, ciudades, paisajes urbanos, parques nacionales y ecosistemas.
La Lista del Patrimonio Mundial incluye en la actualidad un total de mil ciento veintiún sitios (869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos), los cuales se encuentran repartidos en 167 países y suelen ser considerados algunos de los lugares más atractivos para el turismo. Sin embargo, en la actualidad, muchos de estos sitios se encuentran en riesgo debido al comportamiento irresponsable de los seres humanos.
El 16 de noviembre se celebra el Día Internacional del Patrimonio Mundial, fecha en la cual (en 1972) se estableció un acuerdo para la preservación, cuidado y protección de todos los sitios naturales y culturales que existen sobre el planeta. De esta forma se busca evitar que una gran parte de esta riqueza se extinga y deje de formar parte del legado de las futuras generaciones.
De acuerdo con la Unesco, México cuenta con 35 sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial; de los cuales seis son bienes naturales, 28 culturales y uno mixto. Siendo así el país de América con más reconocimientos en el listado y ocupando el sexto lugar en el mundo, solo después de Italia, España, China, Francia y Alemania.
Dentro de la lista del Patrimonio Mundial en México se encuentra la Ciudad prehispánica de Chichén-Itzá, el Centro histórico de México y Xochimilco, la Zona arqueológica de Monte Albán, la Ciudad histórica de Guanajuato, el paisaje de agaves y antiguas instalaciones industriales de Tequila, el Santuario de ballenas de El Vizcaíno y la Reserva de la biosfera de la mariposa monarca.
Es obligación de la comunidad internacional, así como de los 193 Estados miembros de la ONU proteger, conservar y preservar cada uno de estos sitios del Patrimonio Mundial, sin embargo, es también responsabilidad de cada uno de nosotros el hacer conciencia y colaborar en la salvaguarda de estos lugares. Debemos empezar a dejar a un lado el turismo depredador que domina en el comportamiento de la sociedad y empezar a ejercer un turismo responsable.
El objetivo del turismo responsable es disminuir los impactos negativos en el ecosistema, economía, sociedad y cultura del lugar en el que se desarrolla la actividad turística; se trata de mantener un compromiso con el entorno, pero esto visto no solo desde el punto de vista de quien visita el lugar sino también de quienes contribuyen en la oferta y promoción de los servicios turísticos (negocios, empresas, instituciones).
Para practicar este tipo de turismo y no seguir afectando los lugares que visitamos es necesario asumir y exigir responsabilidades. No debemos esperar a que nuestro patrimonio cultural y ambiental se vea afectado para tomar acciones, debemos cuidarlo y prevenir cualquier indicio de deterioro provocado por los humanos.
Nuestra identidad y nuestra herencia se encuentra en cada uno de esos monumentos, ciudades y paisajes que conforman el Patrimonio mundial; es el legado que hemos recibido y el que vamos a dejar a las futuras generaciones. Por ello es nuestra responsabilidad cuidarlo y protegerlo, solo de este modo lograremos su preservación.
Brandon Saúl Millán Parada
Especialista en Comunicación Estratégica
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